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lunes, 3 de febrero de 2014

Donde Iremos Después de la Muerte (Estudio Profundo del Tema) Recomendo


                               
                                  VÍDEO AUDIO DEL TEMA  ESPERA LA SEGUNDA PARTE. 



La biblia declara que los muertos duermen hasta que Cristo venga por Segunda vez.

Introducción:

La cuestión de la supervivencia después de la muerte pertenece exclusivamente al mundo espiritual y no está legítimamente al alcance de la ciencia.

La misma frase “Percepción Extra-Sensorial” implica que está realmente fuera del mundo de los sentidos.

La Biblia demuestra explícitamente que los fenómenos sobrenaturales deben provenir de uno de dos poderes antitéticos cuyo dominio es lo espiritual. Estos dos poderes son el Dios verdadero y el dios falso, Satanás.

Es el poder de Satanás el que falsifica la evocación de los muertos en las sesiones espiritistas y los acontecimientos similares.

Las personas que se mezclan con el espiritismo están siendo cruelmente engañadas.

El triunfo final, la obtención de la inmortalidad, se logrará únicamente cuando Jesucristo retorne a la tierra, como lo está prometido muchas y repetidas veces en el Nuevo Testamento.

Enseñanzas de muchos líderes religiosos y experimentación en el mundo psíquico sugiere supuestas “pruebas” de supervivencia después de la muerte. El hecho de que sí ocurren ciertos fenómenos es obvio para quienes quieran observar. Pero la Biblia expone claramente su enseñanza en este asunto de los fenómenos.

La Palabra de Dios divide concienzudamente todas las cosas en dos campos: lo espiritual y lo físico.

La ciencia y el hombre de los cinco sentidos, (la Biblia lo llama el, “hombre natural”), pueden conocer y analizar el mundo físico o material. Pero la supervivencia después de la muerte es un asunto que trata exclusivamente con el mundo espiritual y legítimamente no está dentro del alcance de la ciencia ni del hombre natural, científico, regido por el conocimiento de los sentidos.

Contrariamente a la enseñanza bíblica de que el hombre natural puede conocer únicamente el mundo natural y físico, está surgiendo cierto grupo supuestamente científico que trata de examinar los fenómenos sobrenaturales. Este grupo llama el poder que ellos investigan “percepción extra-sensorial”, denominación que desde un principio lo coloca fuera del campo de los sentidos y por ende, lógicamente, fuera del alcance de la ciencia.

¿Qué sabe o cree la ciencia o incluso la mayoría de los líderes religiosos y sus seguidores, sinceros pero no basados en la Biblia, sobre la existencia de dos dioses?

La Biblia demuestra explícitamente que los fenómenos sobrenaturales deben provenir de uno de estos dos poderes antitéticos cuyo dominio exclusivo es lo espiritual:

(1)   El Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, el verdadero Dios; o
Satanás, el dios de este mundo, el dios falso que, si pudiera, engañaría aun a los escogidos del Dios verdadero.

Aquellos que están involucrados en el espiritismo y aquellos que sostienen que poseen controles científicos para el estudio de los fenómenos, están siendo cautelosamente engañados por el dios de este mundo y cada vez con mayor frecuencia.

La ironía del engaño de Satanás es que aunque él es el autor del pecado y de la muerte, durante las sesiones espiritistas y las experiencias de percepción extrasensorial, es el poder de Satanás que falsifica la evocación de los muertos y los hace aparecer vivos y disfrutando del “Gran Porvenir”.

Los fenómenos auditivos y ectoplásmicos de aquellos que han muerto y ahora aparecen vivos en otro lado no pueden ser patrocinados por el Dios y Padre del Señor Jesucristo.

La Palabra de Dios muestra que con el retorno de Cristo es que habrá vida nueva para los muertos.

Antes del retorno de Cristo, todos aquellos que han muerto permanecen en la tumba en corrupción e inconsciencia.

Por lo tanto, si una persona muerta aparenta estar presente en cualquier experiencia, el facsímil de esa persona es una falsificación realizada por el dios engañador de este mundo, por ejemplo la falsificación presentada en la Biblia misma en la experiencia del Rey Saúl durante su visita a la mujer de Endor.

Las leyes del mundo espiritual de Dios y del falsificador Satanás están autenticadas en la Biblia.

Este es un tema oportuno en esta era infestada de espiritismo, de preguntas y de búsqueda. El retorno a la Palabra de Dios y su escudriñamiento, se torna no solamente razonable, sino, en definitiva, muy satisfactorio.


La Biblia enseña sin duda alguna que, hasta o antes del retorno de Cristo, es imposible reproducir a las mismas personas que ya han vivido y muerto. Por lo tanto, solamente si una persona niega, (consciente o inconscientemente), la resurrección de Cristo y su retorno, puede ella creer que los muertos están vivos ahora. Si es que los muertos no vivirán nuevamente hasta ser resucitados en algún futuro, entonces es axiomático que los muertos no puedan estar vivos ahora.

Todos los que mueren antes del retorno de Cristo están muertos hasta que él venga por segunda vez, de otro modo no habría necesidad de su retorno. La Palabra de Dios muestra que el Retorno de Cristo, (que en griego se le llama parusía), tiene dos partes:

(1)   La venida de Cristo por su Iglesia, el Cuerpo de Cristo.
Esto se llama la reunión. En ese momento los muertos en Cristo serán resucitados incorruptibles y los creyentes que estén vivos se vestirán de inmortalidad.
(2)   La venida de Cristo sobre la tierra CON la Iglesia que es su Cuerpo. Durante este período, que también se llama apocalipsis, (revelación, revelar, hacer manifiesto, quitar el velo), ocurren las resurrecciones de todos los creyentes, (excepto el Cuerpo de Cristo) y de todos los incrédulos.

El hablar de gente que muere y que luego están vivos y en el cielo puede llevar a la gente a muchos campos errados tales como esa supuesta, “investigación” y “aprendizaje”, en percepción extra-sensorial, en parapsicología y en temas que tratan de supervivencia después de la muerte.

La razón por la que Satanás se está dando tan gran festín es que poca gente cree que Satanás o sus espíritus diabólicos existen. La gente dice que sólo hay un Dios. La Biblia dice que hay dos. Uno es el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo; el otro es el dios de este mundo que es Satanás. Los espíritus diabólicos poseen mentes, controlan, dan información. Muchas veces la información que los espíritus diabólicos dan es exacta porque si siempre fuera equivocada, nadie les creería. Esto es como el mal; el mal es un parásito y no podría existir sin la verdad de la cual alimentarse. Los espíritus diabólicos, espíritus malos, fuentes equivocadas de información las cuales poseen a la gente, no podrían existir si no fuera por el verdadero Dios. Aún Satanás conoce la Palabra de Dios, hasta la puede citar, pero siempre la cita mal, fuera de contexto.

La Biblia dice que cuando un hombre muere, él está muerto y permanece muerto hasta el regreso de Cristo y la resurrección. Nadie que haya muerto está vivo con la excepción del Señor Jesucristo, al cual la Biblia declara que Dios resucitó de entre los muertos. Todos los otros esperan el regreso de Cristo. Si la Iglesia enseñase esta Palabra de Dios precisa los espiritistas no tendrían clientela. Si los muertos están vivos y en el cielo ahora, pasando un rato tan glorioso, entonces los espiritistas no producen falsificaciones cuando trae a los supuestos muertos en manifestación en forma ectoplásmica o en otras formas. Dichas “materializaciones”,  son solamente espíritus engañadores; son falsificaciones.

La razón por la que los espiritistas siguen propagando el engaño es que la exactitud de la Palabra de Dios nunca ha prevalecido en nuestro tiempo en la iglesia Protestante ni en la Católica Romana. La mayoría de los grupos han enseñado que cuando uno muere no está realmente muerto; de alguna forma u otra va al cielo, “o paraíso”, como ellos lo llaman. La Biblia dice que cuando uno muere permanece muerto hasta que sea resucitado. ¿Por qué debe de haber un levantamiento de los muertos si una persona y está viva? El hecho de que los que mueren están y permanecen muertos es la razón por la cual ellos tienen que ser levantados por Cristo cuando venga por segunda vez, ya que Jesucristo es el único ser humano perfecto que ha vencido a la muerte. Sin embargo en oposición con esta clara verdad de la Biblia, algunas personas dicen que Dios tiene que traer de regreso al espíritu de uno y reunirlo con su cuerpo. Pero, reflexionemos, si una persona pudo pasar cien años sin un cuerpo, ¿para qué va a tomarse el tiempo para regresar y tomar uno?, ¿un cuerpo que incluso ya ha vuelto completamente al polvo?

¿Dónde están los muertos?, Están muertos. ¿Cuánto tiempo van a permanecer muertos?, Seguirán muertos hasta que regrese Cristo.

Es como lo que Dios le reveló al profeta Daniel y a Pablo:

Daniel 12:13, Y tú irás hasta el fin, y reposarás, y te levantarás para recibir tu heredad al fin de los días.

Daniel reposa o duerme hasta que sea levantado por Cristo para recibir su heredad al fin de los días.

Primera de Corintios 15:6.
Después apareció, se refiere a Jesucristo resucitado, a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen.

Primera de Tesalonicenses 4:13.
Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.

También los creyentes que ya han muerto duermen hasta que sean levantados por Cristo para su gran reunión, cuando los que viven serán transformados y los que ya han muerto serán levantados, esta es la partida de todos los creyentes renacidos.

Capítulo Uno.
¿Están Vivos Ahora los Muertos?.

La mayoría de los, “cristianos”, sostienen la creencia de que, al morir, aquellos que pertenecen a Cristo son inmediatamente recibidos arriba en gloria, llamada comúnmente “cielo” o “paraíso”, para aparecer ante el Padre, donde están, “vivos” y “conscientes”, y tienen una existencia gozosa con Él y con sus seres queridos previamente también fallecidos.

Tal creencia es contraria a las enseñanzas en la Palabra de Dios. Pues si una persona es llevada a la felicidad eterna inmediatamente después de expirar, ¿por qué es necesario el retorno de Cristo y / o la resurrección? Si después de la muerte el cristiano ya está inmediatamente vivo y con él, ¿por qué habría de retornar Cristo a reunir su Iglesia?.

Si la muerte fuera la verdadera entrada a la felicidad eterna con el Señor, entonces la muerte no es el postrer enemigo, sino un amigo bienvenido. Si la muerte nos lleva a la presencia inmediata de Cristo, entonces las Escrituras están vacías y nuestro creer es en vano.

Pero la muerte NO es un amigo, así como Primera de Corintios 15:26, enfáticamente lo señala:

            “Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte”.

La muerte enemiga será destruida algún día futuro, pero obviamente no lo ha sido todavía. Ya que la muerte no ha sido destruida y ya que los que han muerto todavía no están vivos y en el cielo, ¿dónde están los muertos? ¿Qué es la muerte?

La palabra “muerte” en la Biblia es la palabra griega, thanatos, la cual se define como: “el fin natural de la existencia terrenal humana”.

Thanatos, no es simplemente una ocurrencia instantánea cuando uno expira, sino que es un estado continuo. La liberación de este estado continuo de muerte depende del retorno de Cristo:

“Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor” (Primera de Tesalonicenses. 4:16-17).

“Pero si se predica de Cristo que resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos? Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó” (Primera de Corintios 15 del 12 al 13)

Si la liberación de la muerte viene con el retorno de Cristo, ¿dónde están los muertos hasta ese momento? La Biblia dice que ellos están en el, “Hades” o en el “Seol”. Estas palabras son transliteraciones directas de hades en griego y sheol en hebreo. El hades o sheol no es nunca el lugar de destrucción.

El lugar de destrucción es el, gehenna en griego, ghi-hinnom, en hebreo, el cual se traduce “infierno”, infierno de fuego. La palabra se deriva del valle de Hinom, donde la carroña arde eternamente, véase Josué. 15:8; Mateo. 13-39, 25-41; Lucas. 17-29,30.

Sin embargo el hades o sheol, es siempre el estado continuo de los muertos, su traducción más exacta sería “dominio de la tumba”, (en inglés gravedom). El “dominio de la tumba”, es el estado en el cual todos los muertos se encuentran; no es un qeber, un lugar donde el cuerpo está sepultado, ya sea en la tierra o en el mar.

La descripción bíblica del, “dominio de la tumba, (el “reino”, de todos aquellos en la tumba – los muertos), sheol o hades, es un lugar donde no hay conocimiento y por lo tanto no hay memoria:

            “Porque en la muerte no hay memoria de ti...” (Salmos. 6 -5).

            “Pues sale su aliento, y vuelve a la tierra; En ese mismo día perecen sus pensamientos” (Salalmos. 146 -4).

“Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido. También su amor y su odio y su envidia fenecieron ya; y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol... Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol, adonde vas, no hay ora, ni trabajo, ni ciencia (conocimiento), ni sabiduría” (Eclesiastés. 9-5 y  6-10)

Debido a que en la muerte no hay conocimiento, para la persona muerta no hay conciencia del tiempo. Así pues el momento de la muerte de un hombre viene a ser, en un sentido de tiempo para él, el momento del retorno de Cristo. Pero dentro de la dimensión del tiempo, el momento de la muerte de un hombre no es ni su reunión con Cristo ni su resurrección. En un sentido de tiempo él no va inmediatamente al cielo, sino que desciende al dominio de los que están en la tumba, sheol:

¿Qué hombre vivirá y no verá muerte?   ¿Librará su vida del Seol, (Salmos. 89:49).

“Porque no dejarás mi alma en el Seol ”, (Salmos. 16:10).

“Pero Dios redimirá (rescatar por medio de resurrección) mi vida del poder del Seol”, (Salmos. 49:15).

“Pasan sus días en prosperidad, y en paz descienden al Seol, (Job 21:13)

En cada una de estas escrituras se usa la palabra hebrea sheol. Es interesante notar que las bestias también van al sheol:

“Más el hombre no permanecerá en honra; Es semejante a las bestias que perecen... Como a rebaños que son conducidos al Seol, la muerte los pastoreará...” (Salmos. 49-12 al 14)

Jesucristo también descendió al dominio de la tumba cuando murió. Si alguien debió haberse ido al cielo inmediatamente después de la muerte, ciertamente que debería haber sido Jesús. Pero aun él se fue al sheol o hades. Por tres días y tres noches él estuvo sin conciencia:

“Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches” (Mateo. 12:40)

“...Levantaría (Dios) al Cristo para que se sentase en su trono, viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción. A este Jesús resucitó Dios...” (Hechos. 2-30, 31, 32).

Igual que todos los hombres que mueren, Jesús también fue al hades. ¿Qué sucede entonces en el hades? Todo es corrupción y podredumbre.

            “...pues polvo eres, y al polvo volverás”, (Génesis. 3:19)

“Porque a la verdad David, habiendo servido a su propia generación según la voluntad de Dios, durmió, y fue reunido con sus padres, y vio corrupción”, (Hechos. 13:36)

Como todos los que van al sepulcro, Jesús también se hubiese corrompido totalmente si Dios no lo hubiera levantado de los muertos:

“Y en cuanto a que le levantó de los muertos para nunca más volver a corrupción... Por eso dice también en otro salmo: No permitirás que tu Santo vea corrupción (podredumbre total)” (Hechos. 13-34, 35).

Dios levantó a Jesucristo del hades y su corrupción. Si no hubiese sido levantado, Jesucristo no podría regresar; y sin su retorno, nunca podría haber liberación para ningún hombre - cristiano o no cristiano, salvo o no salvo - del “dominio de la tumba” y de la corrupción correspondiente:

“Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar (hacer enteros) a los que le esperan” (Hebreos. 9-27, 28)

El elemento de tiempo entre la palabra, “mueran”,  y la palabra, “y”, en el versículo 27, es el lapso de tiempo entre la muerte de un hombre y el momento en que será resucitado.

“Salvar”, que significa, “hacer enteros”, en el versículo 28, es la liberación de corrupción que ocurrirá cuando Cristo retorne para la reunión y la primera resurrección de la humanidad. Los muertos no están vivos para ser hechos enteros ahora, porque el hombre no tiene inmortalidad ahora. Todavía estamos sujetos a morir y a corrompernos en el sepulcro. ¿Cuándo tendremos inmortalidad? Con la segunda venida de Cristo. Hasta ese entonces, todos los que han muerto no están en el cielo; están en el hades, el “dominio de la tumba”. La muerte no es un amigo que nos lleva a la presencia de Cristo y de nuestros seres queridos; es conspicuamente un enemigo, pues en la muerte todos van al dominio de la tumba.

No ahora, sino que algún día, la muerte será destruida. Entonces los muertos en Cristo tendrán un cuerpo nuevo - esta vez un cuerpo incorruptible - y los creyentes que estén vivos tendrán un cuerpo inmortal:

“Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal, (vivo en ese momento), se vista de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? Ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. Mas gracias sean dadas a Dos, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo” (primera de Corintios. 15-53, 57).

La muerte daría para siembre fin a la vida de toda la humanidad, si no fuera por la resurrección de Cristo y por ende su retorno a reunir y resucitar al género humano. Es entonces, con el retorno de Cristo, que tenemos victoria sobre la muerte.
Entonces tenemos inmortalidad e incorrupción.
Hasta ese momento, los muertos permanecen en el dominio de la tumba en corrupción e inconsciencia.
¿Cuándo serán vivificados los muertos? (El Retorno de Cristo).
Primera de  Corintios 15, es la escritura básica en el entendimiento de las resurrecciones y el retorno de Cristo. El capítulo comienza por relatar cómo Dios levantó a Cristo después que Cristo estuvo en el hades por tres días y tres noches. La Palabra de Dios ratifica la resurrección de Cristo al señalar los testigos que vieron al Cristo resucitado, la Palabra nos pregunta: “¿Cómo podemos nosotros no creer en la resurrección ya que Cristo sí resucitó?”

            1 Corintios 15-3, 19.
15:3, Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras;
15:4, y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras;
15:5, y que apareció a Cefas, y después a los doce.
15:6 Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen. 
15:7, Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles; 
15:8, y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí.
15:9, Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios.
15:10, Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo. 
15:11, Porque o sea yo o sean ellos, así predicamos, y así habéis creído. 
15:12, Pero si se predica de Cristo que resucitó [fuera] de [entre] los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos?
15:13, Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó. 
15:14, Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe. 
15:15, Y somos hallados falsos testigos de Dios [si predicamos que Cristo fue resucitado y no lo fue]; porque hemos testificado de Dios que él resucitó a Cristo, al cual no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan. 
15:16, Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; 
15:17, y si Cristo no resucitó, vuestra fe [creencia] es vana; aún estáis en vuestros pecados. 
15:18, Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron. 
15:19, Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres.

Pablo ha debatido y probado su tesis cuidadosamente: Que la esperanza de la humanidad es la resurrección de Cristo. Para que el Cristo que ascendió retorne, tiene que haber resucitado. Sin este acontecimiento crucial, nuestra creencia es vana, nuestra enseñanza es falsa, y somos los más desventurados, por cuanto no tenemos esperanza de una vida futura. Pero afortunadamente, nuestra creencia no es vana, nuestra enseñanza no es falsa, y somos los más esperanzados porque Cristo sí resucitó.

Dado que Cristo sí resucitó, ¿cuándo regresará? Mt. 24:3 y 6 dan el relato de la pregunta que los discípulos le hicieron a Jesús acerca de su retorno personal y el fin del tiempo:

“...Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin, sunteleia, moviéndose hacia el telos, el cual es el punto final del siglo?... porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin, telos, punto final” (Mateo. 24:3,6)

La palabra “venida”, en Mateo. 24:3 es la palabra griega, parousia, traducida en la Biblia como “venida”, “presencia”, y, “advenimiento”, y siempre indica la presencia personal de la persona de quien se habla. Para entender la segunda venida de Cristo, debemos mirar su primera venida. Miqueas 5:2, indica que Cristo saldría de Belén, (acontecimiento que está relatado en Mateo. 2:1), mientras que Zacarias. 9- 9, indica la venida de Cristo a Jerusalén, (acontecimiento relatado en Mt. 21:1-10) Los acontecimientos entre, e incluyendo el nacimiento de Cristo y su ascensión es su primera venida. Y, así como la primera venida de Cristo abarca un período de tiempo, lo mismo hace su segunda venida, la parousia.

Los acontecimientos de las proximidades del fin, (sunteleia), incluyen:

(1)   La venida de Cristo POR sus santos,
(2)   Los acontecimientos del Libro del Apocalipsis, con la venida de Cristo CON sus santos,
(3)   La primera y segunda resurrecciones, y finalmente:
(4)   El punto final, (telos), cuando la muerte es destruida y todas las cosas le están sujetas a Dios.

La segunda venida de Cristo tiene dos fases básicas. Las dos partes de la parousia deben distinguirse claramente a fin de evitar serios errores. Con estas dos fases todos los muertos serán vivificados y los creyentes vivos serán hechos inmortales.

1. El Retorno de Cristo POR su Iglesia, el Cuerpo. La Reunión.

La parte del retorno, (parousia), de Cristo POR su Iglesia es llamada en segunda de Tesalonicenses. 2:1, “nuestra reunión con él”. Primeramente, debe notarse que la reunión afecta solamente a quienes son renacidos de Dios durante la Era de la Iglesia del Cuerpo de Cristo:

“Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación”, (Romanos 10- 9-10)

La Era de la Iglesia del Cuerpo de Cristo abarca el período entre el día de Pentecostés y la primera parte de la parousia.

Los no salvos del período de la Iglesia del Cuerpo y todos los otros de antes y después de la Era de la Iglesia serán resucitados cuando Cristo venga con sus santos. Ningún incrédulo está afectado por la parte de la parousia de Cristo POR su Iglesia, ni tampoco lo están los santos del Antiguo Testamento, ni la Iglesia de la Esposa.

El orden de los acontecimientos en el retorno de Cristo POR su Iglesia del Cuerpo fue revelado a Pablo:

Primera de Tesalonicenses 4-13-18.
4:13, Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. 
4:14, Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. 
4:15, Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. 
4:16, Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. 
4:17, Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.
4:18, Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.

Esta primera parte de la parousia no es, técnicamente, una resurrección de los muertos, aun cuando el versículo 16, dice: “...y los muertos en Cristo resucitarán primero”. No es una resurrección de los muertos porque algunos creyentes estarán vivos en esta parte de la venida de Cristo y naturalmente no necesitarán ser resucitados. Aquellos que estén vivos serán arrebatados en las nubes con los creyentes que poco antes habrán sido resucitados para recibir al Señor en el aire. Con esta venida de Cristo POR su Iglesia, él no vendrá SOBRE la tierra; él simplemente va a reunir a muertos y vivos de la Iglesia del Cuerpo.
                        
Primera de Corintios 15:51-54
15:51, He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos, no todos estarán muertos al retorno de Cristo; pero todos, los miembros de la Iglesia, seremos transformados, 
15:52, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros, [que estaremos vivos al momento de su retorno], seremos transformados.
15:53 Porque es necesario que esto corruptible, [los muertos de la Iglesia del Cuerpo de Cristo], se vista de incorrupción, y esto mortal, [los de la Iglesia del Cuerpo de Cristo que estén vivos], se vista de inmortalidad. 
15:54, Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria.

Cuando los mortales se hayan vestido de inmortalidad y los muertos y corruptos hayan sido levantados incorruptibles, todos tendrán un nuevo cuerpo.

El cuerpo natural, el cuerpo que una persona tiene antes del retorno de Cristo, tiene sus limitaciones; pero el cuerpo espiritual que él da a su retorno es como su cuerpo resucitado – ilimitado en alcance y actividad.

            Primera de Corintios 15- 44-50.
15:44, Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual. 
15:45, Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, [Jesucristo], espíritu vivificante. 
15:46, Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual. 
15:47, El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo. 
15:48, Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales. 
15:49, Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial. 
15:50, Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción.

Nuestro cuerpo carnal es un cuerpo natural. Pero con la reunión, tendremos un nuevo aspecto, un nuevo tipo de cuerpo – un cuerpo espiritual. Hasta que Cristo retorne, los muertos permanecen en el hades con cuerpos físicos corruptos y con inconsciencia.

2. El Retorno de Cristo con su Iglesia. Las Resurrecciones.

La venida de Cristo a la tierra con sus santos es también parte de la parusía, pero está solamente relacionada con, “el Día del Señor”.

El “Día del Señor” no es un día de la semana sino el día en que el Señor del cielo juzgará. Está en oposición al “tribunal humano” (primera de Corintios. 4:3) que es durante la era de la Iglesia del Cuerpo; ahora, cuando son los hombres los que juzgan.

Esta parte de la parusía debe definitivamente ser distinguida de la primera parte de la parusía cuando Cristo viene POR su Iglesia. La venida de Cristo con sus santos, llamada en griego, apocalipsis, es la, “aparición”, la, “revelación”, “el advenimiento”, y, “el día del Señor”.

El día del Señor incluye el período de los juicios de Dios.

La Iglesia del Cuerpo de Cristo nunca tendrá que sufrir esta experiencia pues ya habrá sido reunida. No sería ningún consuelo si tuviéramos que pasar por la tribulación del período del Apocalipsis. Además, si la reunión se confunde con la resurrección, entonces toda la Iglesia del Cuerpo de Cristo tendría que pasar por la tribulación. Dado que la Iglesia del Cuerpo no estará sobre la tierra durante el período de tribulación, 1 Tesalonicenses 4:18 dice: “Alentaos los unos a los otros con estas palabras”.

El hecho de que a los creyentes de la Iglesia del Cuerpo se le evitará la tribulación, de la cual se habla en el Libro del Apocalipsis, está expuesto varias veces en las epístolas:

Segunda de Tesalonicenses 2:1-3.
2:1, Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, 
2:2, que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca. 
2:3, Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía [correctamente traducida, “la apostasía” es “la partida”, lo cual indica “la reunión”], y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición.

Antes del “día del Señor”, los creyentes renacidos tienen que haber partido de este mundo para estar con Cristo, Después de esto se cumplirá que “se manifieste el hombre de pecado” que será seguido entonces por “el día de la ira”.

En segunda de Tesalonicenses. 2:3, las palabras griegas son he apostasía.

La palabra he es el artículo, “la”. El prefijo, apo, quiere decir, “alejamiento de”. Si se tiene un círculo, apo, se ilustraría como una línea en movimiento del exterior del círculo a algún punto distante. Stasia quiere decir “separar”, o “sacar”. He apostasía es una separación, un alejamiento de, o un sacamiento fuera de entre; es la partida.

[Note regarding the earlier English translations: The Geneva Bible and The Cranmer Bible, first published in 1537, and The Tyndale Bible, published in 1539 preceding the King James Version, all translate “a falling away first”, as “a departure first”.

La Iglesia habrá partido y estará con Cristo antes de que la ira del día del juicio de Dios acontezca. Los siguientes pasajes también ratifican esta verdad.

Romanos 8:1.
“Ahora, pues, ninguna condenación, (katakrima, juicio) hay para los que están en Cristo Jesús”.

Romanos 5:9.
“Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira”.

            Primera de Tesalonicenses 1:10.
“Y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera”.

En esta parte de la parusía de Cristo, la Iglesia ya habrá sido juzgada, no para castigo, sino para recompensas.

Segunda de Corintios 5:10, haciendo referencia a la parusía por la Iglesia, dice:

“Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo”

Este “tribunal”, es el bema, el lugar desde el cual se dan premios y recompensas, “según lo que se haya hecho”.

La Iglesia del Cuerpo de Cristo se presentará ante el bema de Cristo para recibir la “corona de justicia”, “recompensas” por nuestras obras, por la fidelidad de nuestra mayordomía para El. Nosotros aparecemos ante el bema de Cristo, no para recibir sentencias de ira o condenación de Dios, sino para recibir “alabanza de Dios”. Ninguno de los hijos renacidos de Dios en Cristo será juzgado en cuanto a su posición o cualquier otra cosa, por cuanto ellos ya han sido juzgados en la persona de su sustituto y mediador, Cristo Jesús (Juan. 5-24; 3-17,18; primera de  Cororintios. 11-32; Romanos. 8-33, 34; primera Tesalonicenses. 1-10; 5-9)

En el día del juicio del Señor, cuando toda la gente haya sido resucitada:

“Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados” (1 Cor. 15:22).

Todos (excepto la Iglesia del Cuerpo de Cristo) aparecerán ante el tribunal, el estrado desde el cual serán pronunciadas las sentencias del juicio de Dios.

Segunda de Tesalonicenses 1:7-10, relata algunos de los acontecimientos que ocurrirán cuando Cristo retorne con su Iglesia:

           Segunda de  Tesalonicenses 1:7-10,
1:7 y a vosotros que sois, [fuisteis], atribulados, daros reposo con nosotros, cuando [en el momento en que] se manifieste, [Apocalipsis] el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, [angelón dunameos, que quiere decir, “mensajeros de Su Poder”, tanto los ángeles como los santos de la Iglesia], 
1:8, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; 
1:9, los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, 
1:10, cuando venga [después de que haya venido] en aquel día para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron (por cuanto nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros)

Estas palabras no podrían ser más claras. Definitivamente no tratan sobre la parusía de Cristo POR su Iglesia, sino sobre la aparición de Cristo más tarde en la aparición apocalíptica, Apocalipsis, de sí mismo sobre la tierra. Si leemos las escrituras que se refieren a la venida de Cristo POR su Iglesia y las interpretamos como la venida de Cristo a la tierra CON su Iglesia, nos encontraremos temerosos y frustrados y permaneceremos ignorantes de la esperanza bienaventurada:

“Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y [del] Salvador Jesucristo” (Tito 2-13).

Cuando Cristo retorne con sus santos ya reunidos, habrá dos resurrecciones, una para los justos y otra para los injustos:

            Juan 5:28,29.
5:28, No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; 
5:29, y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.

Hechos 24:15.
Teniendo esperanza en Dios, la cual ellos también abrigan, de que ha de haber resurrección de los muertos, así de justos como de injustos.

Lucas 14:14.
...Pero te será recompensado en la resurrección de los justos.

Hebreos 11:35.
...A fin de obtener mejor resurrección [la primera resurrección, la de los justos]

La primera resurrección es para los justos; la segunda para los injustos. Existe un período de tiempo entre estas dos. Apocalipsis 20, una visión de Juan sobre los últimos días, habla del lapso de tiempo y explica muchos otros acontecimientos de la sunteleia, los últimos tiempos cerca del fin mismo:

Apocalipsis Capítulo 20.
20:1, Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano. 
20:2, Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; 
20:3, y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo. 
20:4, Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. 
20:5, Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección. 
20:6, Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años. 
20:7, Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, 
20:8, y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar. 
20:9, Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió. 
20:10, Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.
20:11, Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. 
20:12, Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.
20:13, Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. 
20:14, Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. 
20:15, Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.

Ya para el versículo 13 de Apocalipsis 20 todos los muertos habrán sido resucitados. Mirando nuevamente a primera de  Corintios 15, los versículos condensados sobre el retorno de Cristo, con sus distintas facetas, se entienden más claramente:

            Primera de Corintios 15:22.
15:22, Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.

Este versículo (primera de  Corintios. 15-22, es a veces usado incorrectamente para probar que toda la gente será finalmente salva y todo el mundo estará con Cristo. Todos sin excepción “serán vivificados”, pero no todos tendrán la recompensa de ir al cielo.

¿Cuándo serán todos vivificados?.

Aquellos renacidos que han muerto durante la administración de la Iglesia del Cuerpo de Cristo serán vivificados cuando Cristo venga por su Iglesia. Todos los demás serán vivificados cuando Cristo venga con su Iglesia. Entre la primera resurrección y la segunda hay un lapso de tiempo (1,000 años, Apocalipsis. 20-2-7) Pero la primera y la segunda resurrección vivificarán a todos, y todos serán juzgados.

Primera de  Corintios 15:23-24
15:23, Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida. 
15:24, Luego el fin, [telos, el punto finalísimo], cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia. 

Cuando llegue este momento, todos habrán sido juzgados – las sentencias pasadas, las recompensas dadas y habrá un cielo nuevo y una tierra nueva donde no habrá más pecado, enfermedad o muerte. En aquel momento él será Rey de reyes y Señor de señores.

Primera de  Corintios 15:25-26
15:25, Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies.
15:26, Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte.

Cuando la muerte sea destruida podremos preguntar: “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?” Cuando la profecía de Apocalipsis. 20-14 se cumpla, la cual dice: “Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego”, y entonces la muerte habrá sido destruida y por consiguiente no tendrá ningún aguijón.

Primera de  Corintios 15:27-28.
15:27, Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a él, claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas las cosas. 
15:28, Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.


Para cuando Dios sea todo en todos, la Iglesia habrá sido reunida y recompensada; los justos y los injustos habrán sido resucitados y juzgados para recompensas y castigos; y, finalmente, la muerte destruida. 
                                 

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