Gracias por tu visita que tangas

viernes, 18 de abril de 2014

¿Por qué no recibimos siempre todas las cosas por las cuales oramos?





Dios contesta nuestras oraciones.







INTRODUCCIÓN.



El tranvía pesadamente cargado, con su trole conectado al cable eléctrico, es una ilustración apropiada del cristiano. Mientras se mantiene esta conexión, el tranvía puede subir o bajar por las pendientes más empinadas. En la noche puede alumbrar el camino con su luz. Pero tan pronto como se interrumpe esa conexión, se produce un tremendo cambio. No sólo queda en la oscuridad, sino que al quedar inmovilizado, constituye un serio peligro para otros vehículos que transitan por la misma vía.

El tranvía recibe la fuerza que lo hace andar, desde la planta eléctrica, situada a unos cuantos kilómetros de distancia.

Así el cristiano, mientras mantiene su continua communion con Dios por la fe, recibe luz y poder desde el cielo, desde el centro del poder de Dios.

Cristo mismo extiende su mano al pecador, y entonces éste recibe perdón y ayuda para andar por el camino de la vida con éxito.

“Orar es el acto de abrir nuestro corazón a Dios como a un amigo. Presentadle vuestras necesidades, tristezas, gozos, cuidados y temores. No podéis agobiarle ni

cansarle. El que tiene contados los cabellos de vuestra cabeza no es indiferente a las necesidades de sus hijos.

Llevadle todo lo que confunda vuestra mente. Ninguna cosa que de alguna manera afecte vuestra paz es tan pequeña que él no la note. El sana a los

quebrantados de corazón y venda sus heridas”.





1. ¿A quién se debe orar y en nombre de quién debemos pedir?.

ESTÁ ESCRITO:

“Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, Santificado sea tu nombre” (Mateo 6:9).

“Jesús le dijo:. . .Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para

que el Padre sea glorificado en el Hijo” (Juan 14:9, 13).



2. ¿Qué sabe Dios antes que le pidamos?.

ESTÁ ESCRITO:







“Porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis”,  (Mateo 6:8).

“Pues aún no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda”,  (Salmos 139:4).



3. Si Dios conoce todas mis necesidades, ¿por qué tengo que mencionárselas cuando oro?.

ESTÁ ESCRITO:

“Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá”,  (Lucas 11:9, 10).



4. ¿Por qué no recibimos siempre todas las cosas por las cuales oramos?

ESTÁ ESCRITO:

“Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites” (Santiago 4:3).

“Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, El Señor no me habría escuchado”,  (Salmo 66:18).

“Pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y

vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oir”. (Isaías

59:2).



5. ¿Qué requisito debemos cumplir para que Dios conteste nuestras oraciones?.

ESTÁ ESCRITO:

“Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón”, (Jeremías 29:12, 13).



6. ¿Cómo puedo obtener la respuesta a todas mis oraciones?

ESTÁ ESCRITO:

“Y cualquier cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él”,  (1 Juan

3:22).



7. ¿Con cuánta frecuencia es apropiado orar a Dios?.

ESTÁ ESCRITO:

“Orad sin cesár” (primera de  Tesalonicenses 5:17).

“Gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración”, (Romanos 12:12).



8. ¿La oración de quién es abominable delante Dios?

ESTÁ ESCRITO:

“El que aparta su oído para no oir la ley, su oración también es abominable”, (Proverbios 28:9).



 9. ¿Qué tres cosas son indispensable de nuestra parte, para que nuestras oraciones sean contestadas?.







ESTÁ ESCRITO:

“Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá”,  (Mateo 7:7). “Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os

vendrá” (Marcos 11:24).

“Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído”, (Juan 11:41).

El secreto: (1) Pedir.  (2) Creer. (3) Dar gracias.







CONCLUSIÓN.



EL PADRENUESTRO:

“Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Sea hecha tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. Danos hoy nuestro pan cotidiano. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal: porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén” (Mateo 6:9-

13).





ORACIÓN DEL REY DAVID:

“Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia: Conforme a la multitud de de tus piedades, borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad, y límpiame

de mi pecado.

“Hazme oír por la mañana tu misericordia, porque en ti he confiado: Hazme saber el camino por donde ande, porque a ti he alzado mi alma.

“Escucha mi voz, cuando te invocare. Sea enderezada mi oración delante de ti como un perfume Pon, oh Jehová, guarda a mi boca: Guarda la puerta de mis labios.

“Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón: Pruébame y reconoce mis pensamientos: Y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno”

(Salmos 51; 143; 141; 139).

amen .

ministerio el arte de servir.

suscribete y comparte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario